
¿Estás harto de enviar currículums a empresas que lo dejan en una bandeja del escritorio? ¿Quieres cambiar de trabajo pero no sabes cómo encontrar algo a tu medida? ¿Crees que podrías tomar las riendas de un negocio y llevarlo bien? Si has contestado a todo “sí”, quizás ha llegado el momento de plantearte ser tu propio jefe.
Antes de dar saltos de alegría y pensar que por fin has encontrado la solución a tus problemas deberías conocer las ventajas e inconvenientes que tendrá dar el paso de montártelo por libre.
Ventajas de ser tu propio jefe
Tu esfuerzo tu recompensa
¿Cuántas veces has pensado trabajando que estabas esforzándote muchísimo y que nadie te lo reconocía? Incluso puede que hayas hecho horas extras que nadie te ha pagado. Eso se acabó, ya no hará falta esperar a que suceda, todo esfuerzo que hagas de más se verá repercutido directamente en la mejoría de tu negocio, de “tu bolsillo” y de tu satisfacción personal.
Dueño de tu tiempo
Es hora de poder organizar tu tiempo como tu quieras. Si decides ser tu propio jefe podrás levantarte cuando elijas, llevar y recoger a tus hijos a clase o hacer gestiones personales sin pedir permiso. Tú te gestionarás tus horas de trabajo, eso sí, deberás aprender a hacerlo, porque sacar el trabajo adelante dependerá de ti.
Las cosas a tu manera
Seguro que más de una vez has pensado que algo podría hacerse de otra manera, pero los métodos de trabajo de la empresa en la que trabajabas no te permitía hacerlo a tu manera. Si das el paso de montártelo por tu cuenta, el trabajo siempre se hará a tu manera.
Todas estas ventajas también tienen sus inconvenientes.
Inconvenientes de ser tu propio jefe
Responsable directo
Tú serás el único responsable de todo, tanto para bien, como para mal. Si el trabajo no sale adelante, si no empleas las horas necesarias o cometes cualquier error se verá repercutido en tu economía de empresa y en tu prestigio laboral.
Gestor de tiempos
Debes organizar a la perfección cada momento en el que trabajes. Una buena organización del tiempo te permitirá optimizarlo, ser más productivo y liberar más parte de la semana para hacer lo que más te guste.
Hacerte cargo de tus decisiones
Si decides ser tu propio jefe, las decisiones que tomes respecto al trabajo pasarán a ser solamente tuyas. Si metes la pata, tú serás el único responsable, por lo que deberás saber asumir las culpas y rectificar posiciones cuando sea preciso.
Ahora sólo te queda tomar una decisión ¿Quieres pasar a ser tu propio jefe?